Relajación

Relajación

LA RELAJACIÓN TERAPÉUTICA

La relajación terapéutica es una forma específica de intervención psicomotriz, que puede complementar otras formas de intervención o tener valor por sí misma. Supone un trabajo sobre el cuerpo que se hace en grupo o individualmente e implica una relación con el terapeuta que se establece a través de la relajación.

Existen numerosas técnicas de relajación, aunque las que denominamos terapéuticas requieren de un desarrollo bien establecido y una finalidad precisa en el campo de la salud, por lo que han de quedar establecidas mediante una sólida base teórica y una rigurosa evidencia práctica.

TIPOS DE RELAJACIÓN TERAPÉUTICA

De entre las diferentes técnicas de relajación, subrayamos especialmente algunas de ellas, como, el entrenamiento autógeno de Schultz, la relajación progresiva de Jacobson, la relajación tónico – emocional de Ajuriaguerra, la relajación psicosomática de Madame Soubirán, la eutonía de Gerda Alexander y la relajación terapéutica en el niño de Bergés. Todas ellas se caracterizan por la evidencia científica de su metodología, y por estar firmemente ancladas en el cuerpo como una unidad, según los principios de la psicomotricidad.

Destacamos especialmente el método de relajación que es empleado por el equipo terapéutico de Residencia Berzosa, por su interés terapéutico con niños con distintos tipos de dificultades de adaptación y desarrollo, y por la experiencia contrastada y sistemática en diversos entornos clínicos:

BERGÈS-BOUNES

La relajación terapéutica en el niño de Bergès, o relajación Bergès-Bounes

Específicamente desarrollado para la intervención con niños y adolescentes, y toma como base elementos del entrenamiento autógeno de Schultz, adaptados para esta población. El terapeuta sugiere imágenes mentales, toca y moviliza el cuerpo nombrando sus diferentes partes. Por otro lado el niño se sitúa tumbado en un estado posturomotor modificado, vive una experiencia subjetiva del cuerpo, gracias a la cual el niño asocia la concentración mental a la relajación muscular. El cuerpo implicado en esta relación con el terapeuta experimenta la imitación, el reconocimiento, la toma de conciencia, la individuación y la identificación llevando al niño progresivamente a adquirir autonomía.